"Hemos venido a este mundo como hermanos; caminemos, pues, dándonos la mano y uno delante de otro"
Es éste el mensaje que nos deja nuestro querido
alma matter San Agustín.
Del 28 de enero al 7 de febrero tuvimos la
oportunidad de experimentar lo que siente ayudar al prójimo sin contar con las
condiciones en las que usualmente vivimos. A esta actividad fuimos ciento diez personas
preparadas y con ganas de colaborar. Nuestra misión consistía en construir,
dependiendo en cual campamentos se estaba, un comedor, una cancha de jugar o un
salón de escuela. Pasamos diez días en la provincia de Bocas del Toro bajo el
sol trabajando para mejorar la calidad de vida de siete pueblos.
Al principio tuvimos un sentimiento de
incertidumbre ya que no sabíamos exactamente cuáles iban a ser las condiciones
en las cuales nos íbamos a encontrar. Lo que si sabíamos era que la parte más
difícil sería la de convivir.
Durante esta temporada no se puede decir que no
bajamos de peso, nosotros mismos creábamos la mezcla de cemento, buscábamos y
transportábamos tierra y arena y erguíamos nuestra obra por nuestra propia
cuenta. Tuvimos que cocinar alimentos y limpiar el ámbito por nuestra cuenta.
Paciencia,
persistencia y voluntad fueron necesarias para lograr terminar parte de la
labor, ya que por presentes protestas de pueblos indígenas en el país
obstaculizaron el trayecto de la misma.
Por medio de este trabajo aprendimos a apreciar lo
que tenemos y quienes somos, nos dimos cuenta que hay personas más necesitadas que nosotros.
Aprendimos que hay cosas más importantes en la vida como la familia, amistad, integridad, devoción, responsabilidad, equidad, tolerancia y respeto.
He aquí varias fotos de nuestro Servicio Social Agustiniano.
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